Decir te quiero es permitirte transmitir tus sentimientos con palabras. Y dejar que el ser amado lo escuche. Lo sienta.
Sea tu pareja, tu hijo, tu amigo, tu hermano, tu madre…
Abrir los brazos al amor de otro, con confianza, es alimentar la vida. Porque una vida sin amor es una vida vacía.
Mostrar amor con tus obras es accionar el mismo. Porque es bello y necesario escuchar que te aman. Y es completo con actos.
En un mundo de prisas, obligaciones, preocupaciones y a veces, apariencias, es bueno no olvidar lo más importante. La persona que somos y las personas que están y pasan por nuestras vidas. Y el amor a nosotros mismos y al prójimo. A la vida. A nuestro respirar conjunto.
Un día sin amor es un día perdido. Nadie es tan pobre que no pueda entregar amor… Una sonrisa, una charla, un cuídate, un perdón, un hoy tomaremos café, un te deseo apasionadamente, un buen trabajo, un dame la mano y abrázame. Manifestar amor es manifestar la vida en nuestros corazones. Es entregarnos los unos a los otros y hacer más hermoso el estar en este mundo. Es dejar juicios y diferencias y ver que todos somos personas. Que tenemos necesidad de amar y ser amados. Porque amar es tan necesario como respirar. Que hay que empezar con el amor propio para continuar en el amo a los otros. Un mundo con amor es un mundo tolerante y respetuoso con las diferencias. Porque ellas, son bellas también. La diversidad es una grandeza, si comprendemos que lo diferente no es el enemigo. Y que la diferencia enriquece. No hay mayor fortuna que el tener amor porque lo das y se multiplica. Y todos tenemos esa fortuna. Nadie puede arrebatárnosla. Porque amor es lo que somos, cuando dejamos de lado los miedos. Cuando simplemente somos y dejamos ser.
Marisa Morales Sánchez