Es la aceptación,
hermana de la paz
hermana del amor.
Es la aceptación,
abrazar la vida
en todo su esplendor,
con todas sus partes,
con luces y sombras
como las tengo yo.
Es la aceptación,
una buena medicina,
que te acerca a ti misma,
que te acerca a tu prójimo,
sin juicios, ni rencor.
Es la aceptación,
una gran expansión,
abrazando la existencia,
tal como ocurrió.
Es la aceptación,
dejar expectativas,
dejar que fluya viva,
la llama de la vida
por tu cuerpo,
por tu sangre,
por tus días…
Marisa M. Sánchez