Date cada día amor incondicional.
Abrázate cada amanecer.
Porque eres digna de la vida que tienes.
Tienes derecho a existir y a ocupar el lugar que mereces en este mundo. Ese lugar te pertenece.
Mereces todo lo mejor, nunca lo dudes.
Mereces alegría en tu caminar.
Todos los cuidados y respeto a ti misma.
Mereces sentir tus emociones libremente y expresarte tal como eres.
Todos tus sueños son lícitos y eres buena cuando los alimentas, nutres y llevas a cabo.
Se tu mejor amiga y compañera.
La vida te quiere y acepta, quiérete de la misma forma.
Y ama a tu niña interior. Cuídala como una madre lo haría.
Como la madre que tú también eres.
Porque está incluido en tu natura.
Arrópala y escúchala, que nunca se sienta sola.
Que nunca se crea abandonada.
Que jamás se sienta incomprendida.
Porque te tiene a ti. Y tú a ella.
No lo olvides:
Mereces todo el amor del mundo.
Por el simple hecho de existir.