Aprendió a bailar con la vida,
cada día,
con risas, con ganas,
dejándose sorpender,
dejándose querer por la misma.
Rompió todos los moldes
y cada expectativa,
de cómo tenía que ser,
solo se deja mecer,
solo se deja llevar
con una confianza plena.
Porque se sabe querida,
porque la vida es maestra,
la vida es una amante bella,
en quien poder confiar
y está muy unida a ella…
Marisa M. Sánchez