A veces por la vida pasan personas que te tienden una mano cuando más lo necesitas.
Otras te prestan sus oídos y te escuchan con el corazón abierto. Son pura empatía, son sensibilidad.
A veces encuentras compañeros que luego se harán amigos porque la relación va creciendo, al igual que el vínculo.
A veces, como dice la canción la vida te besa en la boca.
¿Qué persona eliges ser tú? Porque al final todo es una elección diaria. Cada paso, cada decisión, va formando tu vida y tus relaciones.
Hoy en día escucho y leo mucha información sobre las personas tóxicas. Cómo hay que alejarse de ellas. Casi, cómo hay que combatirlas.
Pero mi pregunta es, ¿somos personas que siempre vibran alto? En la alegría, en la gratitud, en el agradecimiento. Y en lo más importante, en el amor.
Quién no se queja a veces sin motivo. Quién no maldice a veces, incluso sus circunstancias y vida.
Un mundo que etiquete con rotundidad a las personas por sus comportamientos siempre será un mundo distante y que tienda a la separación y al aislamiento. Tu peor acto no te define. Tampoco a los otros.
Un mundo que no comprende y tolera es un mundo frío y distante.
Tal vez podríamos pararnos, de vez en cuando a pensar desde el corazón qué mueve a esa persona tóxica a ser como es.
Porque si su comportamiento es la queja, tal vez oculte tristeza, insatisfacción.
Inseguridad porque no ha tenido quien lo apoye.
Tal vez critique a los demás porque se siente incapaz y ni siquiera lo sabe.
Tal vez seguro, tantas cosas que ignoramos de los demás…
Sé un bálsamo para otros. No seamos jueces de comportamientos ajenos porque alguna vez también son los nuestros… Sin olvidar claro está, nuestros límites.
Mira también la luz que esa persona guarda y tiéndele una mano.
Sé amigo, persona, compañero por cada ser que pase por tu vida. Porque todos tenemos algo positivo que ofrecer. También esas personas a las que llamamos tóxicas.
Si procuráramos ponernos en la piel y en los zapatos del otro, seguro estaríamos más unidos.
Un mundo unido es un mundo cálido y hermoso.
Un mundo que no juzga es un mundo con luz y amor.
Seamos luz, reconociendo nuestra oscuridad porque, si transiges con tus propias sombras, serás capaz de dejar pasar la oscuridad de tu prójimo.
Seamos un bálsamo para el prójimo. Seamos amor que es nuestra verdadera esencia.
Marisa Morales Sánchez