¿Qué crees merecer? Esta es una pregunta que creo tendríamos que hacernos todos. Porque muchas veces, somos nosotros mismos los que no nos permitimos todo aquello que ansiamos y queremos en nuestras vidas. Merecemos amor. Amor incondicional. Comenzar dándonoslo a nosotros mismos. Queriéndonos cada día, sean cuales sean nuestros pensamientos, palabras, obras y omisiones. Porque todo es parte de nuestra humanidad. Amarnos de forma incondicional es tener compasión con nosotros mismos. Es tener aceptación total y absoluta de lo que somos y también amar todo aquello que no nos gusta de nosotros . Amarnos de esta forma es aprender de la VIDA, porque es así como ella nos AMA. Amarnos así es vivir sin resentimientos, vergüenza ni culpa por todo aquello que llamamos errores y equivocaciones comprendiendo que lo hemos hecho lo mejor que hemos podido en el momento en que ocurrió. Si ahora lo ves distinto da gracias a tu evolución pero no te sientas culpable, ni débil, ni torpe. A este mundo hemos venido a experimentar y a aprender.
Amarnos así a nosotros y a la vida es comprender que la misma nos pondrá en escenarios que, tal vez, consideremos desafortunados pero si sabemos mirar, veremos que es parte de la misma y que, si es así, es necesario y estaremos en estado de paz.
Todos podemos enfermar, sentir el desamor, perder un trabajo, un ser querido y todo esto, junto a tantas otras experiencias, es parte de la vida. Queramos o no. También la muerte. Ella nos sirve también para recordar que no estaremos siempre aquí, en esta forma. Así que utilicémosla para no olvidar que hemos venido a ser felices y a amar. A realizarnos de forma auténtica A encontrarnos a nosotros mismos y de esta forma poder tender la mano a los otros.
Merecemos todo el amor incondicional del mundo. Todos lo merecemos. Para ello hay que dejar los juicios de lado. Es fácil condenar los comportamientos de otros sin haber caminado con sus zapatos. Creer que nuestros fallos y digámosle defectos son más dignos de ser disculpados. Pero en verdad, esto es un pensamiento soberbia.
Todos podemos ser ángeles. Todos podemos ser demonios. Porque todo es parte de nuestra naturaleza humana.
No queramos ser perfectos porque el ser humano está en evolución. Y cada uno lleva sus ritmos.
Ámate de forma incondicional y abraza la vida sin miedo, porque es un milagro precioso.
Ama de esta forma a los otros. Ama como tú deseas ser amado.
No pierdas la fe ni la confianza en el género humano. A pesar de todas sus miserias y a pesar de que evidenciemos el sufrimiento y la injusticia la vida merece ser vivida. Y todos merecemos amor, porque amor es lo que somos.
Marisa Morales Sánchez
Amarnos así a nosotros y a la vida es comprender que la misma nos pondrá en escenarios que, tal vez, consideremos desafortunados pero si sabemos mirar, veremos que es parte de la misma y que, si es así, es necesario y estaremos en estado de paz.
Todos podemos enfermar, sentir el desamor, perder un trabajo, un ser querido y todo esto, junto a tantas otras experiencias, es parte de la vida. Queramos o no. También la muerte. Ella nos sirve también para recordar que no estaremos siempre aquí, en esta forma. Así que utilicémosla para no olvidar que hemos venido a ser felices y a amar. A realizarnos de forma auténtica A encontrarnos a nosotros mismos y de esta forma poder tender la mano a los otros.
Merecemos todo el amor incondicional del mundo. Todos lo merecemos. Para ello hay que dejar los juicios de lado. Es fácil condenar los comportamientos de otros sin haber caminado con sus zapatos. Creer que nuestros fallos y digámosle defectos son más dignos de ser disculpados. Pero en verdad, esto es un pensamiento soberbia.
Todos podemos ser ángeles. Todos podemos ser demonios. Porque todo es parte de nuestra naturaleza humana.
No queramos ser perfectos porque el ser humano está en evolución. Y cada uno lleva sus ritmos.
Ámate de forma incondicional y abraza la vida sin miedo, porque es un milagro precioso.
Ama de esta forma a los otros. Ama como tú deseas ser amado.
No pierdas la fe ni la confianza en el género humano. A pesar de todas sus miserias y a pesar de que evidenciemos el sufrimiento y la injusticia la vida merece ser vivida. Y todos merecemos amor, porque amor es lo que somos.
Marisa Morales Sánchez